Parece que la creadora de Girls no puede hacer nada sin que sea polémico y exactamente lo mismo pasa con su libro. Al más puro estilo de Lena Dunham, puedes quererla, admirarla, comprenderla y odiarla en tan solo 260 páginas. Lo que es seguro, es que no te dejará indiferente.
Me encanta Girls. Me vi las cinco temporadas en dos semanas, y porque tuve que racionar los capítulos para que no se me acabaran demasiado rápido. Cada escena me parece un pedacito de arte. Me destroza y me alegra el día. (Aquí os dejo algo que escribí sobre ella.) Y me encanta Lena Dunham. Me parece una joven brillantísima, pero eso no significa que no pueda ser crítica con ella también. Es más, entiendo que no os guste en absoluto. A veces abre la boca y hubiera sido mucho mejor que simplemente no lo hubiera hecho. A veces intenta ser tan excéntrica y polémica, que lo que acaba haciendo es ofender a mucha gente. Y está mal.
En su libro pasa exactamente lo mismo. Hace bromas que no tienen gracia, comentarios homófobos, racistas o directamente inapropiados. Y no la defiendo. Lo hace sin mala intención, sin tener ni idea, pero eso no es excusa. Me parece horrible, porque por mucho que sea mujer, sigue siendo heterosexual, cisgénero, blanca y de clase media (incluso alta en los últimos años de su carrera). Y es muy fácil ser ofensiva cuando no te afecta.
¿Qué es lo que sí me ha gustado del libro? Pues que he visto a una persona hablar a través de él. A una chica asustada con sus problemas, sus dudas, sus miedos, sus traumas. A una chica real. Y me siento muy identificada, porque todas hemos tenido problemas con nuestro cuerpo, con nuestra confianza, con nuestros sentimientos. Muchas veces habla de cosas que probablemente no vayas a experimentar, pero muchas otras la comprenderás tanto que será como si tú hayas escrito ese libro. Como si fuera tu amiga Lena que te cuenta absolutamente TODO lo que se le pasa por la cabeza.
Y esa es otra: todo. Sin reservas. Cada pensamiento, por horrible, por raro, por vergonzoso que sea. Habla de la virginidad, de la regla, de la sexualidad de una manera sorprendentemente honesta. Hace reflexiones sobre la vida y la muerte sobre las que pensarás durante horas. Lo que nadie dice. Quién es tan sincero hoy en día como Lena Dunham.
Dice en el prólogo: "Historias sobre despertarme en mi cuerpo femenino adulto y estar disgustada y aterrorizada. Sobre que me toquen el culo en unas prácticas, sobre tener que ponerme a prueba en una sala llena de hombres de cincuenta años, sobre ir a un evento de traje y corbata con la nariz más roja que nunca hayas visto. Sobre permitir que los hombres me trataran de maneras que sabía que estaban mal. Historias sobre mi madre, mi abuela, el primer hombre al que amé que se volvió semi-gay (veis, este comentario es ofensivo), y la primera chica que amé que se convirtió en mi enemiga. Y si pudiera coger lo que he aprendido y hacerte más fácil el trabajo, o prevenirte de tener el tipo de sexo en el que sientes que deberías tener tus deportivas puestas para correr durante el acto, entonces cada paso mío valió la pena".
Si esto no os parece dulcísimo, yo ya no sé.
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