domingo, 30 de abril de 2017

Querida Ijeawele, cómo educar en el feminismo


Personalmente, no quiero tener hijas, pero si las tuviera, qué menos que qué fueran feministas, ¿no os parece? Chimamanda Ngozi Adichie nos da en este libro tan pequeñito quince consejos que ayudarán a conseguirlo.

Y no hablamos de este feminismo técnico y complejo del que todas tenemos nuestra propia visión, ideas, principios... Hablamos de ser mujer y saber que mereces tanto respeto como cualquier otro ser humano. Irrevatible, ¿verdad? Esto es lo que más me gusta de Chimamanda, que se explica de manera tan sencilla y racional que es imposible negar lo que dice. Es sentido común.

Pero, aunque parezca muy lógico todo, para la mayor parte de niñas no lo es. Sí que hubo un cambio cuando me puse las gafas moradas, empecé a tratarme mejor y a exigir que los demás me trataran mejor. No fue un cambio del día para la mañana, pero tomé conciencia de que yo sí importo, cosa que la sociedad me puso difícil durante muchos años. Ni me imagino cómo hubiera sido si hubiera recivido una educación feminista. Si los roles de género no hubieran tenido tanto impacto en mi vida. Si no me hubiera preocupado veinticuatro horas al día y siete días a la semana a agradar al resto. Si hubiera pensado en lo que yo quiero primero, que no es egoista, sino sabio.

La verdad es que me hubiera encantado que me educaran según estos consejos. Me hubiera encantado que alguien me hubiera dicho que no tengo que ser guapa, que lo que tengo que ser es amable y valiente y sincera. Que me hubieran hecho saber que mi cuerpo no tiene por qué cumplir los cánones de belleza. Que me hubieran hablado de amor y sexo y que no tuviera que haberlo ido descubriendo yo todo en un proceso largo y confuso. "Eso hubiera sido muy incómodo", diréis, pero nada es incómodo si desde el principio no lo tratas como tal.

Lo digo en serio, imaginaos como sería el mundo si estuviera lleno de mujeres a las que no las han educado para ser esposas de nadie, sino para ser ellas mismas. Mujeres que no consideraran el matrimonio un premio, sino un pacto entre iguales. Mujeres que saben que la ropa que llevan puede ser bonita o fea, pero no moral o inmoral. Mujeres que saben que pueden (y deben) tener una opinión y que la defiendan. Imaginaos un mundo de feministas. 

Así que, si vais a ser madres, por favor, leedlo. Y si no, pues también, porque es un libro maravilloso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario