martes, 12 de septiembre de 2017

Hablemos de la regla

Imágenes de Jen Lewis

Es necesario hablar de la regla. ¿Por qué tratamos un tema que afecta a la mitad de la población como el secreto mejor guardado? ¿Por qué escondemos las compresas y tampones? ¿Por qué susurramos al pronunciar su nombre? ¿Por qué decimos que nos duele la tripa cuando en realidad nos duelen los ovarios? Os puede dar todo el asco que queráis, pero decidme: ¿os da asco toda la sangre o solo la regla?


"La menstruación es la única sangre que no nace de la violencia y es la que más asco te da".

Voy a contaros una historia. La historia de la primera vez que me vino la regla. Tenía unos once años, solo a una amiga le había venido antes que a mí. Sabía que era algo que me podía pasar, así de repente, sin previo aviso, pero tampoco era algo de lo que tuviera demasiada información. Vale, no tenía ninguna información. No sabía cómo se sentía una cuando le bajaba, no sabía qué tenía que hacer (preguntar a una adulta, supongo), ni estaba preparada en ningún sentido de la palabra.


Tuve suerte porque estaba con mi madre cuando "me pasó". No tuve suerte porque me dolían tanto los ovarios que fui a un médico (UN médicO hombre). ¿Y qué fue lo que me dijo ése médico? Pues que tenía apendicitis. Yo asustada, en reposo todo el día, pensando ya en la operación (que no es nada grave, pero aún así). Pedimos cita para hacer una ecografía. Me perdí clase y mi madre no fue a trabajar. Y en el baño del centro médico me doy cuenta de que me había bajado la regla. 

Foto de la poetisa Rupi Kaur
A nadie se le ocurrió que a una niña de once años a la que le duele la zona de los ovarios le puedan doler eso, los ovarios, ni siquiera a un médico con años y años de experiencia. Y cuando te viene son todo "eres una mujer", no era una mujer, era una niña de once años, exactamente igual que los niños de once años que iban a clase conmigo. No hagamos a las niñas crecer tan de repente, no carguemos esa responsabilidad sobre sus pequeños hombros. ¿En ese mundo queremos vivir? ¿En ese mundo queremos que vivan las siguientes generaciones? ¿En el que las niñas crecen de un día para otro y son ellas las encargadas de ocuparse de ello sin ningún tipo de información?

Que sepáis que la regla no es algo vergonzoso que las mujeres tienen que guardarse para sí mismas. Es natural. No es asqueroso. ¡Por dios! No me digáis que vais al cine a ver películas gore en las que toda la pantalla está llena de sangre y no podéis soportar una compresa manchada. Si los hombres cis tuvieran la regla habría odas a la menstruación. Más importante: las compresas y los tampones serían gratis. Los pagaría la seguridad social. Pero no. Es algo secreto y turbio.
Chicas, no me digáis que no tenéis historias como ésa (si os animais a compartirlas, están los comentarios abajo). No me digáis que no han utilizado la regla para invalidar vuestras opiniones, vuestros cabreos, lo capullos que son. No me digáis que nunca os habéis gastado cinco euros en un paquete de compresas (que repito, son una necesidad y deberían ser gratuitos). No me digáis que no habéis escuchado nunca decir a un hombre cis que sangramos cuando queremos, ése es el nivel de conocimiento que tiene la población sobre la regla. Que la mayor parte de mujeres no saben qué es una copa menstrual. Acabemos con esto. Suficiente tenemos que aguantar sangrando por la vagina una vez al mes durante la mayor parte de nuestra vida y encima con dolores de ovarios, de riñones y de ánimo, como para tener que hacerlo en secreto. Como para tener que pagar para hacerlo.


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